1. Fragilidad defensiva
El Barcelona recibió 24 goles en 14 partidos en esta edición de Champions, con un promedio de 1.71 por partido. Ningún equipo con semejante fragilidad defensiva ha llegado a la final del torneo. La zaga no transmite seguridad, y cada vez que el equipo es exigido, sufre. No importa cuántos goles puedas marcar: si no eres capaz de defender en momentos clave, estás condenado. El Barça necesita encontrar equilibrio para volver a competir seriamente en Europa.
2. Sommer fue un muro, Szczęsny no marcó diferencias
La mayor diferencia en la serie estuvo bajo los tres palos. Yann Sommer fue figura absoluta: 13 atajadas en toda la llave, muchas de ellas de altísimo mérito. En cambio, Wojciech Szczęsny solo registró 3 paradas. No es que el polaco haya fallado groseramente, pero simplemente no fue decisivo. Sommer sí lo fue. En esta clase de cruces, tener un arquero que te salve partidos puede marcar el destino de una eliminatoria. El suizo sostuvo al Inter cuando el Barcelona más apretaba.
3. Una propuesta que se expone demasiado
Hansi Fick y su equipo optaron por jugar al golpe por golpe. Es un estilo valiente, ofensivo y fiel a la identidad del club, pero muy arriesgado cuando te enfrentas a un equipo como el Inter, que castiga cada espacio. El equipo italiano supo replegarse, resistir y atacar con contundencia. De hecho, en los minutos finales de tiempor exta, llegaron a defender con un 6-3-1. El Barcelona no supo adaptarse ni leer el contexto: quiso seguir atacando, pero no protegió su ventaja cuando iba ganando.
4. Fallos en momentos clave
El Barça no jugó mal. De hecho, dominó tramos de ambos partidos, generó ocasiones claras y mostró carácter. Pero en los momentos cruciales cometió errores que un campeón no puede permitirse: pérdidas evitables, desconcentraciones y falta de contundencia. El Inter, en cambio, fue quirúrgico. No dominó, pero fue efectivo. En la Champions no pasa el que juega mejor, sino el que falla menos. Y el Barcelona volvió a fallar cuando más importaba, una constante en sus últimas eliminaciones.
5. Letalidad pura
El Inter, con menos posesión y remates, fue más efectivo. En Montjuic, con 28% de posesión, hizo 3 goles en 3 tiros al arco. En Italia, con 31% de posesión, anotó 4 goles en 6 remates a puerta. En total, 7 goles con 9 tiros al arco en toda la eliminatoria. El Inter no necesitó dominar: le bastó con golpear en el momento justo.
