El ciclo de Fernando Gago como entrenador de Boca Juniors llegó a su fin tras la derrota en el Superclásico ante River Plate. Si bien la caída fue dolorosa, el contexto de su salida resulta llamativo: el equipo seguía como líder de su grupo en la Copa de la Liga. Lo curioso es que la historia guarda un notable parecido con lo ocurrido en 2023, cuando Gago también se despidió de Racing luego de perder otro clásico, frente a Independiente, y cuando La Academia también se encontraba en lo más alto de su zona.
En aquella ocasión, Gago renunció por decisión propia. Esta vez, fue la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme quien optó por interrumpir su ciclo. Dos salidas marcadas por el golpe emocional de un clásico perdido, pero en escenarios diferentes: en uno eligió irse, en el otro lo apartaron.
Un ciclo más corto en Boca, pero con un balance más complicado
El paso de Gago por Boca fue breve y accidentado. En apenas seis meses de gestión, no logró títulos ni consolidar un estilo reconocible. El equipo terminó sexto en la Liga Profesional 2024, fue eliminado en semifinales de la Copa Argentina por Vélez y sufrió una temprana eliminación en la fase previa de la Copa Libertadores 2025 a manos de Alianza Lima. El rendimiento irregular, sumado a la caída ante River, terminó por cerrar su ciclo.
La historia fue distinta en Racing. Allí, Gago dirigió durante casi dos años, tuvo mayor continuidad y supo ser protagonista. Aunque no pudo coronarse en la Liga Profesional ni en la Copa de la Liga, logró alzar dos títulos importantes: el Trofeo de Campeones 2022 y la Supercopa Internacional 2023, ambos ganados frente a Boca. En Avellaneda, dejó su cargo por desgaste con la hinchada; en La Ribera, se fue sin respaldo y sin trofeos.
Dos clubes grandes, dos salidas similares en forma, pero distintas en fondo. En ambos casos, el clásico fue el punto de quiebre. Y en ambos, Gago se marchó mientras su equipo estaba en la cima. Una paradoja que acompaña su recorrido como técnico.
